Qué es la mordida abierta y qué síntomas puede provocar
La mordida abierta es un tipo de maloclusión dental, es decir, una situación en que todas o algunas piezas no encajan correctamente al morder, es decir, no hay contacto entre algunos dientes superiores e inferiores.
Esto puede estar provocado tanto por factores genéticos, como por hábitos bucales adquiridos durante la infancia, como el uso del chupete, y puede provocar problemas a la hora de masticar, hablar o respirar.
La mordida abierta puede ser de dos tipos: anterior y posterior. En el primer caso, el problema se encuentra a la hora de encajar los dientes frontales, ya que los incisivos superiores e inferiores no entran en contacto y dejan una abertura. En cuanto al segundo tipo, hace referencia a la dificultad para encajar las piezas traseras, concretamente los molares.
Los factores que causan la mordida abierta
Los motivos por lo que se produce este problema varían en función de si la mordida abierta es anterior o posterior.
En el caso de la maloclusión anterior, las causas más habituales son el crecimiento anómalo de los huesos de la mandíbula, el uso prolongado del chupete durante la infancia o la costumbre de empujar los dientes con la lengua. Si la mordida abierta se produce en la parte posterior, suele estar provocada por la falta de piezas dentales que impiden el encaje o por una erupción incompleta de la dentadura.
Por otro lado, los tipos de causas que provocan este tipo de maloclusión pueden dividirse en dentales, provocadas por hábitos perjudiciales adquiridos durante la infancia o por falta de erupción de dientes, y esqueléticas, relacionadas con desequilibrios óseos que afectan a los maxilares y que están causados por motivos genéticos o hereditarios.
¿Qué problemas puede provocar la mordida abierta?
Entre los síntomas más habituales que nos indican que podemos estar sufriendo algún tipo de mordida abierta, encontramos las dificultades para morder o masticar durante la ingesta de alimentos, las alteraciones o dificultades a la hora de hablar o, incluso, problemas para respirar. Este es el caso que las personas que respiran por la boca porque no han podido desarrollar o no están habituados a respirar correctamente por la nariz, lo que empeora aún más la maloclusión ya existente.
Otro síntoma muy habitual son los trastornos de la articulación temporomandibular (ATM), como el bloqueo de las mandíbulas, dolores de cuello y de cabeza, etc.
La ortodoncia como tratamiento principal
En el caso de los niños, el tratamiento pasará por una ortodoncia interceptiva para corregir la desviación de los dientes y modificar el crecimiento de los huesos.
En el caso de adolescentes y adultos, en los que los dientes ya han crecido completamente, tendremos que optar por una ortodoncia normal para resituar los dientes en el lugar pertinente para que encajen. Podremos utilizar brackets o alineadores transparentes.
Finalmente, en los casos más graves, habrá que realizar una cirugía ortognática maxilofacial como tratamiento extremo, que deberá complementarse con una ortodoncia que el paciente deberá utilizar durante un tiempo para poder corregir la desviación dental.